jueves, 24 de julio de 2014

Una recuperación del empleo moderada, que se asienta en la estacionalidad y en la precariedad

Los datos de la EPA corroboran una mejora moderada del mercado de trabajo, pero no ocultan las incertidumbres de una recuperación que se asienta en la precariedad del empleo: cada vez más temporal y parcial. La inclusión de la Semana Santa configura unos datos marcados por el inicio de la campaña estival (en un año sólo ha crecido el empleo en el sector servicios, bajando en la agricultura, la industria y la construcción). Destaca además el incremento de desempleados mayores de 55 años, el incremento de la tasa de paro de larga duración y que 6 de cada 10 parados carece de cobertura por desempleo. UGT considera que las políticas del Gobierno no están logrando crear un empleo de calidad pero sí empeorar la calidad de las condiciones de trabajo y afirma que todavía estamos lejos de una recuperación que permita crecimientos sostenibles de la actividad a medio y largo plazo. Reclama, también, planes específicos, con recursos excepcionales, para impulsar la contratación de los colectivos en peores condiciones, combinando, desde el ámbito público, acciones de empleo y formación.

Según la Encuesta de Población Activa (EPA), en el segundo trimestre de 2014 el empleo crece en 402.400 personas respecto del trimestre anterior, y el desempleo se reduce en 310.400. Por su parte, el número de activos se incrementa en 92.000 personas entre el primer y segundo trimestre del año. El número total de desempleados se sitúa en 5.622.900, y la tasa de paro desciende 1,45 puntos hasta el 24,47%.

El mercado de trabajo español muestra los primeros síntomas de recuperación con un crecimiento del empleo anual del 1,1% y una tasa de empleo que se sitúa este trimestre en el 56,7%. Mientras, el número de parados desciende en un año un 7% y la población activa se reduce en 232.000 personas, situando la tasa de actividad en el 59,63%.

La inclusión de la Semana Santa en el segundo trimestre del año configura unos datos marcados por el inicio de la campaña estival, en unos meses caracterizados por la creación de empleo estacional, ligada al sector turístico y a las actividades terciarias, que se extiende al resto de ramas productivas. Se dan los elementos estacionales propios: aumentan la actividad y la ocupación, y desciende el paro y el número de inactivos.

La reducción del paro en el trimestre se muestra en todos los grupos, con excepción de los jóvenes de 16 a 19 años, los mayores de 55 y las personas que buscan su primer empleo; así como en todos los sectores con excepción de la agricultura.

No obstante, en términos interanuales UGT recuerda que aún cae la actividad y aumenta la inactividad, por el efecto desánimo (trabajadores que, al no encontrar un empleo, dejan de buscarlo y pasan a la inactividad laboral o emigran para intentar trabajar fuera de nuestras fronteras). En un año, sólo el sector terciario ha sido capaz de crear empleo (un 2%), frente a las caídas de ocupación de la agricultura (-1,8%), la industria (-0,1%) y la construcción (-5,3%). Y destaca el crecimiento (casi del 6% anual) del número de parados con 55 y más años y el incremento de la tasa de paro de larga duración que se sitúa en el 62,1%.

Asimismo, este trimestre refleja otro de los ingredientes característicos del periodo: el empleo creado tiene un marcado perfil temporal. El número de asalariados ha aumentado en 388.000 personas (2,79%); con una diferencia notable entre el avance del empleo temporal (un 6,45%; 207.800 personas) y del indefinido (sólo un 1,68%, 180.200 personas). La temporalidad sigue constituyendo uno de los elementos estructurales del mercado laboral español: en un año, el número de asalariados con contratos temporal ha subido un 6,45%, frente a los indefinidos que sólo han avanzado un 0,34%. La tasa de temporalidad alcanza casi al 24% de los asalariados.

Junto a la temporalidad, el continuado auge de la parcialidad queda plasmado en 98.100 ocupados a tiempo parcial más que en el trimestre previo (un 3,57%), mientras el empleo a tiempo completo crece en menor proporción (un 2,14%). También en términos anuales se consolida la tendencia: el empleo a tiempo completo se incrementa un 0,83%, mientras el tiempo parcial lo hace un 2,63%, aumentando así la tasa de parcialidad hasta el 16,38%.

Conclusiones

Los datos ofrecidos esta mañana por el Instituto Nacional de Estadística corroboran una mejora moderada que se viene produciendo en los últimos meses en algunos indicadores económicos y del mercado de trabajo. El inicio de la temporada vacacional, fecha en la que comienza a repuntar la actividad, configura un escenario propicio para la recuperación del empleo.
No obstante, para UGT, la consolidación de la creación de empleo de calidad no es un hecho. La EPA señala hoy para el segundo trimestre del año la aún desequilibrada situación del mercado laboral: 5,62 millones de parados, que elevan la tasa de desempleo hasta rozar el 24,5% de la población activa. Nuestro país sigue inmerso en un escenario frágil, lejos de una sólida recuperación que permita crecimientos sostenibles de la actividad y el empleo a medio y largo plazo.

Asimismo, UGT advierte de que la mejora se alza sobre la precariedad en el empleo, con más empleo temporal y a tiempo parcial, dos de los caminos por donde está transcurriendo la creación de (sub)empleo. Una precariedad en el empleo que está siendo determinante en la salida de la recesión.

Seguimos contando con el problema tradicional de la temporalidad en nuestro país. A pesar de la acusada pérdida de empleo temporal al comienzo de la crisis, la temporalidad laboral logra permanecer en el mercado de trabajo español e incluso repunta desde 2013. En los momentos en los que hay recuperación del empleo, este es claramente de carácter temporal, reflejándose en nuevos aumentos de la tasa de temporalidad.

A la tradicional temporalidad se une la novedosa contratación a tiempo parcial, eso si involuntaria. La tasa de empleo a tiempo parcial por no encontrar un empleo a tiempo completo vuelve a crecer un punto este trimestre, llegando al 63,3%.

Por otro lado, a pesar de la incorporación de activos al mercado laboral en el segundo trimestre, no hay que olvidar la existencia de un efecto desánimo entre determinados colectivos. A ello se une la extensión de la precariedad entre las personas desempleadas (la tasa de cobertura calculada con los datos de paro de hoy no llega al 45%) y un difícil retorno al empleo que en muchos casos termina en efecto desánimo.

Este análisis nos lleva a concluir que las políticas de empleo del Gobierno no están logrando crear un empleo de calidad. En cambio, sí están consiguiendo que empeoren las condiciones de trabajo del conjunto de los empleados, disminuyendo la estabilidad en el empleo y reduciendo la calidad del mismo. Asimismo, se han extendido entre las personas en paro, especialmente en el grupo de mayores de 55 años, unas condiciones de precariedad y de difícil regreso a la vida laboral.

Para UGT, el gran reto de las políticas laborales y de empleo es que deben abarcar todas las situaciones que se están produciendo actualmente en el mercado de trabajo. El objetivo de las políticas de empleo no puede ser reduccionista, sino que debe integrar todas las situaciones de dificultad existentes. Por ello hay que partir de un análisis real de nuestro mercado de trabajo.

UGT propone un plan de recuperación del empleo, con planes de choque específicos, que incorporen recursos excepcionales para, mediante formación y empleo, impulsar el acceso a la contratación especialmente de los colectivos en peores condiciones: parados de larga duración, mayores de 45 años, sin prestación, jóvenes, desanimados, … no sólo de los menores de 25 años; para UGT, el Plan de Garantía Juvenil debería ser extensible a otros colectivos.


Desde UGT demandamos que la puesta en marcha de estos planes de empleo sea desde el ámbito público, combinando acciones de empleo y formación. No se trata sólo de bonificar o subvencionar contratos (hay que recordar que pueden estar recibiendo subvenciones empresas que de igual forma contratarían sin ayuda, es decir, con el efecto del peso muerto) sino ajustar empleo y formación, con prestaciones, siempre con el fin de mejorar la empleabilidad de las personas.

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