jueves, 28 de abril de 2016

28 DE ABRIL: DÍA INTERNACIONAL DE LA SALUD Y SEGURIDAD EN EL TRABAJO

Hoy celebramos el Día Internacional de la Salud y Seguridad en el Trabajo, fecha en la que debemos hacer balance de lo que hemos logrado avanzar en esta materia, y el camino que aún nos queda por recorrer.

En nuestro país hay un antes y un después desde la entrada en vigor de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales de 1995, necesaria para rebajar las altísimas cifras de siniestralidad que se padecían y que ordenó el universo de la actuación preventiva de manera global en nuestra sociedad, adquiriendo una nueva dimensión cotidiana.

Desgraciadamente las cosas han empeorado mucho en estos últimos años a raíz de las reformas o más bien recortes en derechos que nos han impuesto, y que nos ha llevado de forma grave a la pérdida de capacidad o fortaleza en la negociación colectiva y el hacer cumplir la legislación y los acuerdos. Por este motivo, las cifras de siniestralidad han dado un giro terrible con incrementos totales desde el año 2012 al 2015 del 8% y del 9% en siniestralidad mortal.

La transformación del modelo de contratación, la extensión de las subcontrataciones, la entrada en juego de las empresas de trabajo temporal (ETT), la desigualdad por razón de género, la entrada en escena de las Mutuas y las controversias surgidas en torno a las enfermedades profesionales, junto con el resto de políticas de ajuste implementadas por la nueva filosofía de corte neoliberal, nos ha llevado a un estadio de perjuicio de las cifras muy preocupante y como muestra indicar el incremento de la siniestralidad mortal en los años 2013 y 2014 en contratos de duración inferior a una semana del 10 al 28 % y en el año 2015 en el sector industrial del 45 %.

Somos muy conscientes de lo importante que es una adecuada normativa en materia preventiva para evitar la siniestralidad, pero hemos aprendido estos últimos años que de nada sirve si no existen adecuados controles en los que apoyarse en caso de riesgo o incumplimiento.

Las vidas humanas no tienen precio, esto debería ser una máxima a la hora de planificar los objetivos fundamentales de toda alta dirección empresarial, por tanto, es imprescindible tener en cuenta que un inapropiada y lesiva situación de trabajo sostenida en el tiempo, acabará perjudicando, enfermando o accidentando al universo de trabajadores sometido a la misma.

Hacemos un llamamiento desde aquí a la dirección de BMN, para que mejoren las políticas que afectan a nuestra realidad laboral cotidiana, que nos están llevando a padecer una jornada laboral nada saludable, con un clima más propio del trabajo de otros siglos anteriores, y que sin duda van a terminar minando nuestra salud a corto plazo. Esta plantilla no merece este trato.

Nuestro compromiso va a seguir siendo el mismo, desde UGT vamos a continuar comprometidos con la lucha para acabar con la precariedad, la desigualdad y las injustas condiciones de trabajo que son realmente las causantes de los problemas de salud y seguridad de los trabajadores.

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