Otro
año más, nos encontramos con un nuevo desastre provocado por la Gerencia, en julio
y agosto, al no tener en cuenta: Ni a
la plantilla, Ni a los clientes, Ni al negocio.
La plantilla lleva muchos años cumpliendo con duras exigencias y
necesita su merecido descanso, porque es su derecho, y también, para poder
seguir cumpliendo. Derecho que la gerencia se empeña en dificultar, cuando no
impedir, año tras año. Esa actitud provocará que mucho personal llegue a
diciembre, para el “arreón final”,
con muchas vacaciones pendientes, ¿qué pretenden, que las pierdan? Esta
situación se agrava por la no cobertura de bajas de toda clase, así como la no
contratación de personal de refuerzo, en especial de compañer@s que por
desgracia ya no están entre nosotros.
Han sido norma las oficinas infradotadas
(¡aún más!), con especial incidencia en
destinos vacacionales; muchas incluso se
han quedado con un solo empleado, lo que supone alto riesgo de atraco y la
desatención a los
clientes, por cierto bastante cabreados con el banco y comprensivos
en su gran mayoría con los empleados. Ha habido graves problemas de
masificación, largas esperas, y hasta tumultos e insultos. Y más prolongaciones
de jornada, ¡por supuesto! Quizá no deba extrañar el grado de satisfacción que
dan las encuestas a BMN. Ya sabíamos que los riesgos y el sufrimiento de los
empleados importan poco a la Gerencia. Extraña más que ni siquiera se preocupen
por el negocio.
¿Está
situación ha sido una sorpresa? Evidentemente no. La cobertura de bajas
de todo tipo (en especial de maternidad) y el refuerzo puntual de la plantilla
durante vacaciones, es una exigencia permanente de UGT.
No puede pagar la plantilla dos
veces: escasez por el ERE y por falta de refuerzo.
Adicionalmente,
UGT planteó la posibilidad de retomar la formación en prácticas; que si bien no
suponen un reemplazo, siempre suponen un apoyo útil; de hecho much@s compañer@s
proceden de esos acuerdos. Y es algo que la sociedad nos sigue demandando. Pero
algún sindicato, pretendiendo guardar las “esencias” en un tarrito pequeño, decidió
que se puede prescindir de ese apoyo, perjudicando a los trabajadores de BMN y
a nuestra imagen exterior. En otras ocasiones sin embargo tienen el cuello
excesivamente ancho.
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