lunes, 13 de junio de 2016

AY, QUIEN MANEJA MI BARCA, QUE A LA DERIVA ME LLEVA


En 1.983 en Munich (Alemania) Dolores Amaya, conocida como Remedios Amaya, represento a España en Eurovisión con la canción: “¿Quien maneja mi barca?” Y el Estribillo decía “Ay, ¿quien maneja mi barca, quien? que a la deriva me lleva ¿Quién?

Los trabajadores/as de BMN observamos lo que está pasando en nuestro banco y nos preguntamos: ¿Quien maneja el banco, quien? Que a la deriva nos está llevando ¿Quién?

Esta cuestión preocupa y mucho a toda la plantilla, porque parece que aquí no hay nadie que gestione, que decida y ponga orden. Parece que la desidia se ha adueñado de nuestros gestores, ¿han dejado caer las manos esperando que venga alguien a resolver lo que ellos no hacen?, porque actualmente da la impresión de que nadie y decimos nadie decide nada de nada y sobre nada.

Vemos con gran preocupación como desde Negocio se equivocan una y otra vez en la toma de decisiones que afectan a la viabilidad del banco y la fidelidad de los clientes. Queriendo implantar modelos de oficinas que han fracasado anteriormente en el sector y en nuestra propia entidad, en un número excesivo y todo ello con jornadas fuera de toda regulación, amenazando con aplicar el art. 41 E. T. (Modificaciones sustanciales de condiciones de trabajo).

UGT, ante estas pretensiones, se opuso frontalmente e hizo recapacitar a BMN para que se ajustaran a lo establecido en el Convenio Colectivo y limitaran sus pretensiones a lo regulado en el mismo, limitando la apertura a 25 centros y compensando a los compañeros con unos complementos económicos y sociales de los mejores acordados en el sector financiero.

Sigue negocio con sus políticas erráticas e involucra a la red en la campaña “cuenta compromiso”, donde con ciertos condicionante se eximían a la clientela de la aplicación de comisiones. Pero una vez que se ha fidelizado a la clientela con este programa, al poco tiempo donde dije digo, digo diego y se saca de la chistera la “cuenta mediterráneo” con la que se vulnera las condiciones pactadas anteriormente con la clientela.

Más que una cuenta, es un Tsunami mediterráneo con cobro de comisiones a troche y a moche, ole tus h… Según parece nada les importa a estos gestores de tres al cuarto que se esté provocando una desbandada importantísima de clientes cuyas cuentas se están cancelando por este nuevo derroche de lucidez.

Y curiosamente los clientes que se marchan, como no podía ser de otra manera, han sido durante muchos años nuestro sustento: funcionarios, clientes de rentas medias y altas, pensionistas, Pymes, autónomos etc.

A todo esto, le sumamos que las oficinas no tienen atribuciones para nada, ni para devolver la más leve de las comisiones a clientes importantes lo cual facilita la huida de estos, pues damos la imagen de no ser fiables.

Todo esto provoca que el 80% de la jornada la dediquemos a intentar remediar y solucionar todas las incidencias que la cuenta provoca en vez de dedicarnos a captar nuevos clientes y negocio.

Hace un tiempo sospechábamos que en el banco había un caballo de Troya, hoy parece que nuestras sospechas se van confirmando, y los trabajadores cada vez más angustiados y desilusionados, porque con estas políticas la plantilla ve peligrar su puesto de trabajo.

Señor subdirector de Negocio, más vale que se esté quieto, sería más rentable para el banco, no mas ocurrencias.

Otros que tampoco atinan con el timón de la barca son Recursos Humanos. Desde Hace tiempo, en las distintas mesas han manifestado que existe un problema que a la deriva nos va a llevar a todos. El problema está localizado, nos dicen, en la que llaman Territorial de los Excedentes. Nos hablan de territorios deficitarios de personal y uno con excedentes, donde su capataz no asume el timón y desanima al personal ante las medidas menos traumáticas para aplicar más medidas forzosas. No te puedes acoger a la reducción de jornada porque organizativamente es un problema para ellos, pero sí te aplican forzosamente una suspensión de contrato.

Curiosamente todos sabemos que hay un sindicato en aquella zona que hace lo mismo. Se firman acuerdos decentes y como se esconde la realidad de la situación, entre el capataz y el sindicato, nadie se acoge. Esto tiene su nombre Procrastinar.

La consecuencia de esta política de posponer no pinta nada bien, las siguientes medidas que se dejan caer podrían ser la movilidad geográfica u otras más drásticas y lo saben pero el problema sigue sin resolverse.

A UGT le preocupa la plantilla de este territorio. Posponer decisiones puede provocar que paguen los de siempre, los compañeros y compañeras trabajadores. Recursos Humanos debe de dejarse de realizar insinuaciones y veladas amenazas, y plantear y justificar el problema, proponer medidas y soluciones en la mesa y dejarse de juegos con el capataz y su jefe.


Señor Presidente, miembros del Consejo de Administración, Señor Consejero Delegado, miembros del Comité de Dirección, todos gestores de este banco, ¿van a seguir con las manos caídas, hasta que venga alguien que realmente resuelva los problemas de BMN o por el contrario van a justificar sus salarios con trabajo y decisiones empresariales y no políticas? La plantilla y UGT lo exigen.

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