La reforma laboral del
Gobierno, tras tres años de vigencia, no ha logrado crear empleo, ni reducir el
paro, ha devaluado el empleo, los salarios y empeorado la vida de los
ciudadanos. De 2011 a 2014 hay 600.000 parados más, cerca de 1,1 millones de
ocupados menos y se ha producido una reducción de medio millón de activos,
impulsados por el efecto desánimo.
Al elevado número de
desempleados (casi 5,5 millones de personas, según la EPA) se une la extensión
del paro de larga duración y el aumento de parados sin ningún tipo de
prestación (la tasa de cobertura por desempleo ha bajado 20 puntos). Esta
normativa, que ha roto el equilibrio en las relaciones laborales, ha aumentado
la precariedad en el empleo (cada vez hay mayor temporalidad y parcialidad).
Todo ello, ha provocado una devaluación salarial, que está perjudicando a la
economía y que supone un aumento de las desigualdades y de la pobreza.
El 10 de febrero de 2012 se
aprobó el RDL 3/2012 de medidas urgentes de reforma del mercado laboral
(convertido en Ley 3/2012, de 6 de julio), la descausalización de las
modalidades de contratación y las causas de extinción de los contratos, así
como la modificación de las condiciones de trabajo por parte de los empleadores
y la desregulación de la negociación colectiva.
Con la información
estadística de casi tres años desde la entrada en vigor de este RDL 3/2012, se
puede realizar una evaluación de las consecuencias de esta reforma laboral, a
través de la evolución de los diferentes indicadores del mercado de trabajo.
En promedio, la tasa de
paro de 2014 fue tres puntos más elevada que la de 2011, en volumen de parados,
600.000 más en el periodo, cerca de 1,1 millones de ocupados menos y una
reducción de alrededor de medio millón de activos impulsados por el efecto
desánimo. Estos son los rasgos principales de una Reforma laboral que no ha
logrado ni crear empleo, ni reducir el paro, pero si ha conseguido empeorar la
calidad de vida de los ciudadanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario