“Hola Fulanit@, soy Mengano, de tu Territorial, y te llamo para pedirte un favor personal: Necesito que vayas a cubrir vacaciones en la sucursal de ATomarPorSaco durante 20 diíllas de nada…”
Estamos en época estival, y la mayoría estamos a punto de disfrutar de un merecido descanso para el que no pocas pegas nos han puesto en muchos casos. Pero también es en estas épocas donde surgen brillantes cabezas pensantes que recurren al chantaje (emocional o no) para que les soluciones sus problemas, y por supuesto a coste cero.
Ya hemos detectado casos como el relatado arriba: un coordinador de tu D.T. puede llamarte a tu sucursal, y pedirte un favor personal, que aceptes voluntariamente (con lo que ello conlleva) desplazarte a diario a una sucursal lejana a cubrir el –también merecido– descanso de los compañeros de allí.
Realmente lo que pretenden es solucionar su problema, creado por su simple incapacidad para evitar que el problema se produjera. Ya no se molestan ni en gestionarlo con oficinas cercanas, no… ahora, te pueden buscar a ti, que estás a 40, 50 o más kilómetros de la plaza. Y no para un día o una semana, no, que tampoco es cuestión de que ellos tengan que trabajar demasiado. Te joroban a ti casi un mes, y listos.
Cuando se pide un favor, debe existir la posibilidad de declinar por las dificultades creadas a quien se pide. El que te llama no considera tal posibilidad. Sabe que te está poniendo en un dilema complicado, y te genera la duda de si el “no” tendrá consecuencias. No te están pidiendo un favor. Te están planteando un chantaje. Las cosas, por su nombre.
Nosotros, desde UGT, queremos defender tus intereses. Aconsejarte que nunca aceptes esa “voluntariedad” que encierra dos consecuencias. La primera, es que renuncias a cobrar la preceptiva dieta de kilometraje, esa que tantas alergias despiertan a quienes después suelen derrochar en sus propios beneficios y lucimientos personales. Y la segunda, es que podrías estar cambiando tu centro de trabajo a posibles efectos de nuevos traslados. ¿Que eso no será así, que ya saben ellos que estás allí de favor? ¡Esperamos que nadie sea tan cándido de creerse eso, que aquí ya nos conocemos todos! El agradecimiento les dura milisegundos. Y no serías mejor considerado por ser alguien que otorga a favor de su empresa. Sólo serías “el primo” que les cogió la estampita y olvidado al segundo siguiente.
Si se te da tal circunstancia, desde UGT te aconsejamos que:
Ø No aceptes la formulación del “favor”.
Ø Responde que te notifiquen el destino por escrito, precisando que es provisional, y sin que aparezca tu voluntariedad por parte alguna.
Ø Avisa y reclama que quieres cobrar tus kilómetros. Por ejemplo, esos “50 kilometrillos de nada”, en los “20 diíllas de nada”, suponen 2.000 kilómetros en el contador de tu coche para siempre, y en el de la gasolinera cada semana. No tienen derecho a que “el favor” te cueste un capital y lo sufragues a pulmón. Que cuando es para ellos, no hay problema en gastar ni derrochar.
“Favor por favor”, reza el adagio. Pero nuestros superiores los apuntan en una barra de hielo.
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