jueves, 12 de marzo de 2015

RELATO DE LA INCOMPETENCIA

Incompetencia es la palabra más suave para calificar esta historia, que ni Berlanga hubiera sido capaz de imaginar.

En la Andalucía profunda, la de hondas raíces, cambian de destino a directores, directoras, subdirectores y subdirectoras, se anuncia a bombo y platillo su nueva ubicación; se les dan instrucciones, indicando que tienen que tomar posesión en su nueva sucursal; se despiden de compañeros, clientes y autoridades, dando paso al nuevo relevo; y tres días después, sin mediar razón alguna… Se les da la orden de volver a su antiguo destino.

Aquí paz, y después gloria; sobre todo, para los incompetentes que se han cubierto de ella.

Que si un error… Que si los nombramientos no estaban autorizados… Que si excusas... Que si explicaciones a clientes…. Que si Madrid esto o aquello….

Que SÍ, que los hay incompetentes y todos bailamos a su son: los de Madrid y los de aquí. Y esto es lo que hay: Clientes perplejos y personal cabreado y dolido, que se siente ninguneado y humillado.

¡Que gestionar bien no cuesta dinero! 


Ya estamos hasta la coronilla de incompetentes y de cortijos. Que quien tenga que hacer, haga, pero pronto; que el negocio sale por las puertas y, detrás de él, nuestro futuro. 

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