Con una inminente fusión entre BMN y BANKIA, no es el momento más
idóneo para que la estructura de mando de Negocio de BMN se dedique a la
amenaza sistemática. Pronosticando despidos de aquellos que no cumplan
objetivos caprichosos, y difícilmente alcanzables, por los compañeros que están
en la primera línea de fuego.
Es este, precisamente, el momento en el que los directivos deben
tener templanza, tranquilizar a la plantilla, exigirles un trabajo profesional
y la necesaria dedicación para encarar este complicado proceso.
Sin embargo, hay
“capataces” en la Red y en Servicios Centrales, que están nerviosos porque son
sus sillones los que se mueven. Ellos, por su incompetencia, son los que
sobran. Respeten de una vez a los compañeros que están en las trincheras, pues
han sido ellos quienes han hecho posible que esta entidad aguante a pesar de la
pésima gestión de nuestros “queridos” gestores, que se han encargado de
liquidar el negocio.
Están nerviosos porque, como todo el mundo sabe, es más fácil
cesar al entrenador que despedir a toda la plantilla.
Cuando desde las oficinas nos hemos quejado a los Directores
Regionales y Territoriales de la política del cobro de comisiones, nos han dado
la razón, pero éstos no han tenido la valentía de elevar esas quejas ante el
Comité de Dirección. Ya se sabe, muy valientes ante los subordinados, pero
absolutamente cobardes ante los superiores.
Entendemos su nerviosismo porque su puesto, como el de otros, está
en el aire, pero no entendemos su mala educación. Por el contrario, deberían de
agradecerles a los compañeros de las trincheras todos y cada uno de los días en
que han mantenido sus bien remunerados puestos.
Ante todo ello UGT siempre está activa, poniendo en conocimiento
de Recursos Humanos este tipo de actuaciones, con nombres y apellidos, para que
se tomen las medidas oportunas y se acabe con estas actitudes ahora y de cara a
la fusión.
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